viernes, 9 de noviembre de 2012

De cacerolas y otras yerbas


Hoy le toca escribir a Sergio...

En las últimas semanas todo el debate político estuvo atravesado por discusiones intensas alrededor de la disputa con el multimedio Clarín por la reglamentación de la Ley de Medios y el inicio de la carrera política de uno de los ex pilares del kirchnerismo, Hugo Moyano, quien aliándose según las circunstancias, busca atraer a un sector dentro del PJ como base para dispararse como oposición a Cristina. Toda la situación es parte de un gran circo para tapar una disputa más real y profunda con respecto a ciertos sectores desencantados con el Gobierno, vinculados a gran parte de la clase media y alta, que sin ninguna dirección política clara el pasado 8N salió a reclamar un conjunto de demandas abiertamente por derecha. Este nuevo escenario, sin embargo, es un terreno pantanoso para el universo K, ya que eventualmente lo podría apurar para acelerar las internas pejotistas e impulsar un peronismo hecho y derecho ante la debacle que se le viene con tal de no perder la (poca) base social que le queda. Pero a no confundirse, nada tienen que ver estas consignas con las demandas más sentidas del pueblo trabajador. Así como nada que ver tiene Moyano, como representante de los trabajadores.

Desde ya, por otra parte poco importa si Clarín cumple la ley el 7D, si Cristina habla más o menos en cadena nacional cuando las pequeñas cosas que pudimos comprar las perdemos en una tormenta o por un apagón, o se nos hace insoportable la jornada laboral por las condiciones de precariedad en las que trabajamos. Ante cada fenómeno natural que deja al desnudo las condiciones en las que vivimos los sectores mas explotados, no solo queda demostrado que luego de casi 10 años de crecimiento económico no hemos recibido grandes beneficios en el plano laboral sino que esto se traduce en nuestras condiciones de vida, ya que la precarización no es solo del trabajo, sino de la vida misma.

Los partidos políticos patronales se echan la culpa uno a otros sobre las responsabilidades, las empresas acusan falta de inversión producto del congelamiento de las tarifas a los usuarios (claro, ahora para solucionar el problema subimos los precios) y no hay quien falte que le eche la culpa a los trabajadores por utilizar todos los artefactos que tenemos a manos para lidiar un poco con el clima. Pero no hay excusa que valga para los patrones. Nosotros somos los que tenemos que ir al trabajo igual, para que no te descuenten el sueldo. Somos nosotros los que al volver tenemos que seguir trabajando en casa porque no alcanza para nada y así transcurren los días. Ni las empresas, ni los patrones, ni el gobierno le van a dar una solución al problema que vivimos día a día, la precarización de la vida, ya lo han demostrado a lo largo de la historia.
En pequeños ejemplos vemos la solidaridad de los trabajadores en la fabrica ante las consecuencias  del temporal o como en los barrios se organizan las colectas y cada uno da una mano como puede luego de volver del laburo.
 
Sólo la clase trabajadora puede darle una salida de raíz  a las condiciones en las que vive de manera independiente. Es nuestra tarea impulsar políticas propias como parte de una corriente clasista, antiburocrática y antipatronal. Para lograrlo es que desde la Juventud del PTS te invitamos a organizarte contra la precarización laboral, por nuestros derechos y los de la mujer trabajadora, cuya opresión es visible en cada ámbito de su vida.

El sábado 17/11 vení al festival que organizamos desde el Movimiento juvenil contra la precarización laboral. Desde las 19 hs en H. Yrigoyen 1964: bandas, proyecciones, teatro, murales… ¡no te lo pierdas! Y sumate al movimiento para organizar más actividades

El miércoles 21 vení a la charla  que organizan las compañeras de Pan y Rosas en la UNLaM: “Las mujeres no podemos esperar más! El derecho al aborto y los derechos de las mujeres trabajadoras” A las 19 hs., en un aula a confirmar, con Andrea D’Atri, dirigente de Pan y Rosas


   



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