Fuera la policía de la Universidad de La
Matanza
Parece que "el camino a la
excelencia" que la Universidad Nacional de La Matanza utiliza como slogan
oficial, conduce a colaborar en fortalecer una de las policías más corruptas y
asesinas de Latinoamérica: la maldita bonaerense. El discurso del rector Martínez
y el resto de los amigos de Espinoza que dirigen la UNLaM de que la universidad
funcione como un espacio que tenga las puertas siempre abiertas a la sociedad
significa nada más y nada menos que negociados con el municipio, el ministerio
de seguridad y las empresas, y ahora aportarle a esa sociedad 400 policías por
año, no 400 médicos, o 400 ingenieros, 400 policías más para reprimir, asesinar
pibes por gatillo fácil, ser parte de las redes de trata y prostitución, o del
narcotráfico, más coimas, más corrupción, más palos: porque eso es la policía
bonaerense.
Hoy se inauguró la Licenciatura enRepresión Policial en la UNLaM, en connivencia con el Rector Daniel Martínez
(salpicado últimamente por el escándalo de las escuchas telefónicas) y con el
Municipio, famoso a nivel nacional por ser donde se torturó y
desapareció de Luciano Arruga en manos de la Comisaría 8va de Lomas del
Mirador en enero de 2009. Al convite estaba invitado el intendente Espinoza, el
gobernador Daniel Scioli y el Ministro de Justicia y Seguridad provincial,
Ricardo Casal, como salió publicado acá y a quien hemos denunciado acá y acá, “un
firme partidario de la construcción de penales y la restricción extrema del
derecho de excarcelación, leal a su formación de guardiacárcel como alcalde
mayor del Servicio Penitenciario Federal durante la dictadura militar”, pero
finalmente decidieron hacer un acto “cerrado”, sólo para aspirantes a futuros
represores y sus familiares, además de varias decenas de policías y “matones”
del municipio. Por si prestarles las instalaciones de nuestra universidad,
violando la autonomía universitaria fuera poco, los 400 inscriptos percibirán además una beca
de $1400 hasta el fin de la cursada. Llama la atención tanta generosidad y
tantos recursos teniendo en cuenta que a los estudiantes de Medicina que
arrancaron este mismo año y son sólo, 120 (hagan la cuenta ustedes de cuántos
médicos saldrán por año de nuestra excelentísima universidad, pero seguro no da
400), con horarios de cursada que hacen que la posibilidad de estudiar y
trabajar al mismo tiempo sea prácticamente imposible, no reciben ni una sola
beca y son muy pocos los que pueden costearse semejante carrera y recibirse en
6 años.
Hoy en la inauguración el espectáculo no
era muy gratificante para los estudiantes que cursamos y militamos en la UNLaM:
un patrullero instaladísimo en la puerta, otro adentro de la universidad (ya no
tenemos que trucar las fotos del afiche que sacamos desde la Juventud del PTS),
dos en las esquinas, y mucha mucha policía. De esta manera, el hecho no
solamente implica la participación activa y directa de una Bonaerense que
maneja redes de trata, promueve el narcotráfico y que cuenta con 9000 efectivos
que fueron parte de la última dictadura militar, sino que también lo hace
abiertamente en un ámbito académico, ignorando olímpicamente la autonomía
universitaria que supone la exclusión de cualquier fuerza estatal dentro del
predio de una universidad. Ejemplos sobran, como la Noche de los Bastones
Largos a mediados de los '60 en la UBA, en donde la represión fue atroz. Una
vez más la UNLaM, en su "camino a la excelencia", ignora derechos tan
elementales como ese, poniendo por encima los negociados con Espinoza y con
Daniel Scioli y los réditos económicos que la escuela y los acuerdos con el municipio
(¡y ni hablar de los convenios con las empresas!) le genera.
Desde la Juventud del PTS denunciamos esta provocación por parte
de una fuerza que ya asesinó a más de 3000 jóvenes por gatillo fácil y que por
lo tanto, no podemos permitir en la Universidad. Esos "alumnos", que
a partir de mañana cursarán de forma civil, mezclándose con los estudiantes, ya
tienen sus manos manchadas de sangre por formar parte de una institución cuya
única función es la represión para proteger esta democracia para ricos. Quieren
que compartamos las aulas con la policía bonaerense que desde que existe está
podrida: redes de trata y prostitución, gatillo fácil, vínculos con el
narcotráfico, abusos, torturas y hasta desapariciones. Quieren que nuestra
compañera Alejandrina Barry, militante del CeProDH, comparta las aulas de la
UNLaM con la misma policía que fue parte de la dictadura militar que asesinó a
sus viejos. ¡No son estudiantes, son represores! El rector Martínez y la Liga
Federal son los cómplices del intendente Espinoza y de Daniel Scioli, que meten
la policía en nuestra universidad. Repudiamos esta medida represiva y exigimos
FUERA LA POLICIA DE LA UNLAM! Aparición con vida YA de Luciano Arruga y castigo
a todos los responsables!
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