sábado, 26 de enero de 2013

Otra vez; impunidad en La Matanza


Reproducimos nuevamente este post de los amigos de Los Sospechosos de siempre



Hace pocos días se cumplieron tres años de la muerte de Rubén Carballo, tras la paliza que sufrió de la Policía en el recital de Viejas Locas. En pocos días se cumplen cuatro años de la desaparición de Luciano Arruga, también en manos de la Policía. El predicado de cada nombre propio, de cada pibe -insustituible e incomparable-, es el denominador común de miles y millones de pibes de la clase trabajadora, en el conurbano, en el interior y en la Capital, que sufren la hostigación, el gatillo fácil y la persecución policial.
Para Rubén Carballo -padre de Rubén Orlando Carballo- el asesinato de su hijo (que con 17 años compartía, entre otras similitudes, la edad de Walter Bulacio al morir) fue razón suficiente para salir a pelear contra la impunidad policial. Por eso se metió en la causa de Rubén, pero también en la de cada pibe que pudo.
El simple hecho de buscar justicia por su hijo le valió la persecución policial, las amenazas y la perdida del trabajo. Pero el 10 de enero, en las tierras de San Justo, la policía le armo una escandalosa causa al hermano de Rubén y desde ese momento lo mantienen detenido por distintas centros de detención, ¡incluyendo el paso por la misma celda que alberga al únido policía detenido por la causa de Luciano Arruga!
Como si el cinismo de la historia y sus protagonistas no fuese suficiente, el juez que tiene la causa es el mismo que lleva la de Luciano y la fiscal tiene la causa por la comisaría de Lomas del Mirador donde estuvo Luciano detenido, el mismo lugar que se incendiaría provocando la muerte de cuatro presos.

Cuando se están cumpliendo 4 años de la desaparición de Luciano y el Gobierno Nacional, junto a gobernadores e intendentes, acrecientan la línea de criminalización de la protesta y persecución a los luchadores, no podemos dejar pasar impune este caso. Reproducimos abajo una entrevista a Rubén y llamamos a difundir este caso completamente tapado por los medios de comunicación masivos.





DONDE TODOS LOS DÍAS SON DOMINGO A LA TARDE
“Esto fue el 10 de enero. Le pasó a mi hijo Emmanuel de 18 años, con el amigo, Walter, que tiene 26 años, es chofer de la línea 80, tiene un auto 206 y un nene de tres años. Walter lo pasó a buscar a mi hijo para ir a sacar escombros de la casa que quería poner una pileta. Eran las 3 y media de la tarde de un jueves. Mi hijo deja la moto en la casa de la mamá y se va con el amigo. Hacen cuatro cuadras, están yendo para una calle que se llama Rivera, cuando están parados para cruzar una avenida que se llama Venezuela, se le acerca un morocho grandote de pelo corto, lo encañona con un pistola 9mm y a mi hijo lo hace pasar atrás. Hacen una cuadra y sube un flaco alto, de la misma edad que el otro (más o menos treinta años) y le dicen al dueño del coche que ellos necesitaban un remise, que tenían que ir a un lado y que después los iban a liberar. Los tuvieron una hora dando vueltas por calles de adentro, seguramente por el tema de las cámaras. Acá hay cámaras por todos lados. Iban hablando en clave, y por handy. Les decían constantemente que no hagan señas ni nada porque iban a ir a la casa de este muchacho que vive en Haedo, y lo amenazaban con la familia. Pasaron entre dos y tres veces por un lugar, dice mi hijo. Dando vueltas, entrando en contramano. Todo esto por Lomas del Mirador, en el mismo lugar que lo desaparecieron a Luciano Arruga. Van por San Martín y los hacen doblar en Varela, a 10 metros paran y lo hacen bajar a mi hijo, y le dicen al amigo que tenían que ir hasta un quiosco que hay ahí a buscar plata. Les da un bolsito, le saca el cargador a una pistola y se las da. “Andá y vení o vamos y reventamos tu casa”, le dicen a Walter. Cuando llegan a la esquina se meten al quiosco. Mi hijo pensó que tenían que ir a buscar algo para los tipos estos. El amigo de mi hijo saca la pistola del bolso y se la muestra a la señora y le dice que le entregue toda la plata. La señora del quiosco, después en la declaración, dice; “el más chico estaba aterrorizado, no decía una palabra y me miraba fijo a los ojos”. Cuando salen de ahí, mi hijo quería salir corriendo para el otro lado, pero Walter le pide por favor que no lo deje solo, que sino van a ir para la casa. Y le dice; “vamos a caminar despacio así la mujer ve donde entramos”. La mujer ve la patente del vehículo y llama a un policía del barrio. De ahí en más hay que investigar el procedimiento; si el policía del barrio llamó al 911 o llamó directamente a la Comisaría de Lomas del Millón.
A las cuatro o cinco cuadras se bajan. Walter le quiere dar el bolso y se lo tiran en la cara. Le dicen; “esto no es lo que queríamos nosotros”. No les robaron nada, de hecho mi hijo tenía un Nextel y un teléfono táctil.
Vos te ponés a pensar todo y fue algo bien armadito, algo totalmente organizado por la policía de la zona. Se manejan con total impunidad. Lo hicieron robar para armarle una cama.
Al rato los detienen, los agarran y los muelen a palazos. El oficial no los lleva al medico porque dice que no había médico un jueves a las cinco de la tarde.
Llamo al Jefe Distrital, por el tema de la seguridad de ellos, porque me decían que no los podían tener en la comisaría y los tenían que trasladar a otro lado. A mi hijo lo trasladan a Ramos Mejía. A Walter lo llevan a la Comisaría de San Justo. Voy a hablar con el Comisario de Ramos y, estando el de San Justo y el Jefe Distrital, me dice; “mirá Carballo, nosotros lo podemos bancar 15, 20 días. El tiempo en que el juez de garantía determina si quedan en libertad o siguen presos. Ahí llega la orden y lo trasladan a un penal”. Yo me quedo con eso de los 15, 20 días que me dice que iba a durar la investigación. Pero a los siete días llega una orden y a mi hijo lo mandan a la Unidad 43 de González Catán que es de terror. Me lo mandaron a matar a mi hijo. Ellos sabían que a mi me querían armar una causa, y se la estaban armando a mi hijo para perjudicarme a mí.
Tuve que llamar al Ministerio de Seguridad para pedir que le den resguardo físico a mi hijo, y a las 2 de la mañana lo trasladaron al Servicio Penitenciario de Lomas de Zamora, donde está hasta el momento.
Al principio lo tenían en un pabellón solo, luego lo cambian con dos personas más. Hablando, hablando, mi hijo se entera que compartía la celda con el policía que está denunciado por la desaparición de Luciano Arruga. Imaginate, yo me entero de eso unos días después. “La puta madre, me están cargando”, pensé. Y era domingo a la tarde, ¿a quién vas a llamar un domingo?
Cuando volvió el Director de la penitenciaria, que estaba de vacaciones, lo sacó volando de ahí. Yo luego fui a hablar y me dijo: “lo tuve que sacar. Yo conozco tu caso, la lucha que venís dando…¿sabés el quilombo que se me arma a mí si no lo sacaba de ahí?”
Mi hijo tiene justo 18 años. Está todo calculado. Nosotros a veces no queremos ver la realidad, pero está todo calculado esto, esta gente está organizada, tienen servicios, tienen todo.
La paliza en público que se comió mi hijo. Cuando lo detuvieron en Villa Luzuriaga, lleno de gente, a la tarde, lo cagaron a palos. Los tenían agarrados y les pegaron adelante de todos, a patadas en el piso. Eso me contaron los vecinos. Se manejan con total impunidad.”


DE RUBÉN A EMMANUEL
“Yo soy el papá del chico que asesinaron en la cancha de Vélez, en el recital de Viejas Locas. Rubén Carballo era mi hijo. A raíz de eso vengo con diferentes luchas, diferentes casos. Hace un año y medio puse un puestito de hamburguesas y panchos acá en San Justo, enfrente de un boliche. A través de varias denuncias pude apartar a 14 policías por la forma en que agredían a los chicos. Después encabecé más de 50 causas, pude liberar a 4 personas con causas armadas. Son todos casos que tienen que ver con grupos de la policía federal, provincial, grupos del poder judicial. Estamos denunciando continuamente. Formamos una organización (la Comisión Nacional contra la Impunidad) y no nos dan la personería jurídica porque dicen que hacemos el trabajo del Estado. Y ayudamos a los familiares con las investigaciones. Investigamos, impulsamos… y dicen que no lo podemos hacer porque eso le corresponde al Estado.
El 30 de diciembre estuve en el acto con los sobrevivientes de Cromañon, donde denuncié fuertemente al Poder Juidicial, donde son responsables de todo lo que pasa y de que los asesinos queden en libertad. Y a los 10 días me aparece esta terrible causa que le arman a mi hijo.
Al principio, cuando empecé a denunciar a la Policía Federal y a hacer responsable al Gobierno Nacional por lo que pasó con mi hijo Rubén sufrí amenazas, me han asesinado a mi perra en la puerta de mi casa, me han seguido en montones de oportunidades, automáticamente me echaron de mi trabajo sin explicación. Era chofer en la Línea 132. Yo hice la Conferencia de Prensa en el Congreso, denunciando al Gobierno y a la Policía Federal y al otro día, automáticamente, me llega el telegrama de despido y ni quiso dar la cara la presidenta de la empresa.”

LA CAUSA DE RUBÉN
“Hace un par de semanas me llamaron del Ministerio de Seguridad porque la ministra había mandado un informe a través de las pericias de gendarmería, responsabilizando a la Policía Federal por la represión y poniendo en disponibilidad a algunos responsables. Del mismo informe sale que hubo una sobreventa de entradas. Yo lo que les digo es que esa sobreventa la hizo la barrabrava junto con la Policía, en complicidad con el club. Mandan gente a cobrarle 100, 200 pesos a los chicos y los hacen entrar por otra puerta.
Se viene trabajando fuerte, pero nos cambiaron de fiscal siete veces en dos años. Una burrada, cada dos o tres meses nos cambian el fiscal. Ya intervine en muchas causas y nunca vi algo similar. Recién ahora, por intermedio de organismos de Derechos Humanos, hablando con Nora Cortiñas, con Pablo Pimentel y con la Procuración General, se comprometieron a no cambiar más al fiscal.”

EL BARÓN DE LA MATANZA
“Yo hace un año y medio tengo un carro de comida. Es el único ingreso que tenemos en mi familia. Misteriosamente, cae una inspección el día martes (22 de enero) y me clausuran el carrito. Fueron como 20 personas entre los inspectores, el principal y la policía. Y le dijeron a la señora que estaba trabajando (que es la mamá de una nena que murió por malapraxis, a los seis años); “decile a tu jefe que se deje de joder”. Hay que ser terrible hijo de puta para hacernos esto.
El Intendente de La Matanza es Fernando Espinoza (NdeR: peronista, del FpV, impulsó su candidatura Daniel Scioli y Cristina Fernández). Un personaje que anda todo el tiempo perdido, por lo que dicen las malas lenguas. Le venimos pidiendo una reunión y no hay caso. Nosotros no podemos hacer un festival en la plaza, pero ellos los actos políticos los hacen. Tiene ferias, tiene puterios, y a nosotros no nos permite hacer un Festival por el caso de Rubén.

CÓMO SIGUE
“Mañana (por hoy viernes 25 de enero) hacemos una Conferencia de Prensa a las 11 de la mañana, en San Justo, y el lunes bajan los chicos a indagatoria. Vamos a seguir. No van a poder con nosotros. Es contundente lo que yo estoy denunciando. No pudieron con mi otro hijo, que descabezamos a toda la cúpula federal, a ese hijo de puta de Anibal Fernández. Ahora vamos a llegar a la verdad.”


(…)

Otro caso más, y van. La Matanza se posiciona como la Capital de la impunidad policial, el “modelo a seguir”. Esta persecución y exterminio silencioso de los pibes por parte de las fuerzas represivas, ya se cargó a más de 2800 jóvenes, casi todos menores de 25 años, desde la vuelta de la democracia a la actualidad. Durante el “Gobierno de los Derechos Humanos” que pregona el kirchnerismo, esta tendencia no solo ha aumentado (ver informe de CORREPI), si no que se ha perfeccionado, con la aprobación de leyes como la “Ley Antiterrorista“, impulsada por el oficialismo y votada por los diputados de la “juventud maravillosa” de La Cámpora. Un complejo mecanismo donde la policía pone la bala, el plan lo trazan los intendentes del PJ, y la venia a la impunidad la garantiza el Gobierno Nacional. Los muertos, como siempre, los pone el pueblo trabajador.

Como la lucha continúa, desde la Juventud del PTS estaremos presentes mañana en Lomas del Mirador, La Matanza, a 4 años de la desaparición de Luciano Arruga, pidiendo justicia por él, por Rubén y por todos los pibes. Difundiendo la situación de Emmanuel, y alentando la movilización y la lucha contra la impunidad, por la disolución de la maldita policía. Los invitamos a acercarse, a participar, y a darle difusión a estas historias; que ni la Corpo de Clarín, ni la Korpo de 678 y la “bendita Ley de Medios” están difundiendo.
Llamamos a las agrupaciones de Derechos Humanos, a las organizaciones políticas, a los Centros de Estudiantes y a la Federación Universitaria a ponerse a la cabeza de la más amplia difusión y organización, para terminar con la impunidad judicial. ¡Libertad a Emmanuel Carballo!

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