Dar es dar, pero parece que en tiempos de sintonía fina no resulta tan fácil.
Con el corolario de Fito Páez, y entre frases hechas y repetitivas, en su discurso el mensaje del Intendente del distrito “que representa el 5% de nuestro país” fue bien claro al momento de aggiornar a La Matanza la sintonía fina: más peronismo y más justicia social. O sea, más plata y más prebendas. El escenario elegido fue la Universidad de La Matanza, corolario de la “comunidad organizada” que varias veces repitió Fernando - como lo llaman por estos pagos tan preciados para la mazorca- que por ahora apoya el proyecto nacional, mientras la caja siga rindiendo, claro.
Con representantes de la cámara empresarial, de comercio, jueces amigos, burócratas sindicales, curas y pastores de la zona y la bonaerernse custodiando cada punto, Espinoza dejó muy claro que tanta puesta en escena no tenía por objetivo más que aumentar las exigencias por parte del distrito que le dio a Cristina “el 67% del triunfo electoral, es decir 481.000 votos”.
Al principio declaró que “un 5% del total que genere cualquier área del Gobierno tiene que venir a La Matanza”. Un porcentaje que suena justo para mantener la paz social en el populoso partido. Pero a medida que avanzó en el discurso y con claras referencias más a Néstor que a Cristina, terminó anunciando que ahora “nos merecíamos el 7%”. Es decir que para mantener a la “comunidad organizada” y contentos a los barones matanceros, solo hace falta el vil metal. De esta manera “sin querer sobrepasarse ni faltar el respeto”, Espinoza dejó en claro que “dar es dar” toma una concreción particular en tiempos de sintonía fina: “la hermana mayor de todos los municipios” no quiere sacar los pies del plato, pero pide a cambio un 7% de coparticipación, exenciones fiscales, nichos de exportación, ventas y “más inversión para facilitar las cosas” al empresariado amigo y justificando de esta manera que simplemente “queremos lo que tienen todos”. Los tiempos que marca la crisis mundial son bien claros. Sin el viento de cola, la pelea por quien se lleva la mejor parte de la tajada bonaerense recién comienza y tiene su primer acto en el centro de gravedad de la provincia de Buenos Aires
Para fundamentar su extorsión, Espinoza hizo hincapié en dos puntos esenciales: la composición netamente industrial de La Matanza, compuesta por 7000 industrias y 2000 talleres, para que de esta manera pueda convertirse en un gran polo industrial por medio de “una revolución con la dinamización de la matriz económica del distrito y de la generación de empleo” (¿no le recuerda a alguno a la “revolución productiva” menemista?), y en el conjunto de diputados del Frente para la Victoria, entre los que figuraban Carlos Kunkel, “el Ruso” Gdansky, Díaz Bancalari y Julián Domínguez, actual Presidente de la Cámara de Diputados e hijo político de Ruckauf: aparato noventista a pleno, con innumerables referencias a Balestrini, histórico barón matancero y mentor político de Espinoza (incluyendo la entrega de una placa recordatorio a la esposa), y por ciertas reminiscencias duhaldistas, mostrando que de esta manera los muchachos están activos y bien presentes en caso de que el Gobierno popular no coopere como debería, y sobre todo con la gloriosa Jotapé de pie. Por ahora para aplaudirlos.
Mientras que el aparato de la UOM apareció llenando el Patio de las Américas de la UNLaM para acompañar al “compañero Intendente”, más de 400 trabajadores de Prestolite (ex Lucas Indiel) siguen luchando por las fuentes de trabajo ante el vaciamiento por parte de los empresarios amigos de Espinoza y ante el silencio cómplice de Gdansky, actual diputado y dirigente de la seccional UOM al tapar la crítica situación de la fábrica en la que durante meses los obreros no percibieron ningún tipo de remuneración. Horas antes, los trabajadores de Alicorp (ex Jabón Federal), con su comisión interna combativa y nuestro compañero Franco Villalba a la cabeza, volvían a pasar por el lugar para charlar con los trabajadadores y entregar una segunda carta, y una donación solidaria de 130 litros de leche que juntaron en la fábrica. Les contaron en una larga charla su lucha en Alicorp y ellos les contaron las suyas.
Mientras Espinoza (todavía) de la mano de Cristina sigue pidiendo plata para subsidiar a las empresas, a unas pocas cuadras más de 300 familias se quedan en la calle y resisten en una lucha en la que ya se nota el rol cómplice (con el gobierno y los empresarios) de la UOM del mismo Gdansky. Por eso fueron los trabajadores de Alicorp los únicos que les dieron una salida: se puede expropiar la fábrica, y financiar los insumos, los sueldos y el destino de la producción. Y quien mejor que ellos mismos para controlarla. "A una cooperativa decis?"... le respondieron… Le dijeron que no. Que esa justo es la diferencia. No pagar la deuda del empresario, ni matarse trabajando por dos monedas. Que el estado se haga cargo de todo, menos de la gestión, que les toca a ellos en asamblea, como hace más de 10 años sucede en Zanon allá en Neuquén.
Es la única fábrica de burros de arranque y alternadores nacionales. El estado y el municipio podrían utilizarlos para las ambulancias de hospitales. Pero en cambio, unas horas después, Espinoza agradece cínicamente a Perón y a Evita por “más chimeneas funcionando” en las fábricas, mientras “el modelo” descarga la crisis contra los trabajadores por medio de los ajustes y con el amedrentamiento, persecución y represión a quienes se levanten para cuestionarlos, en La Matanza también los beneficiados siguen siendo los empresarios vaciadores.
Mientras Espinoza afirma “no meterse en donde no conoce ni sabe” con respecto a la megaminería y ponderar los proyectos de limpieza de cloacas y potabilización del agua, el gobierno nacional y popular reprime con palos, perros, gases lacrimógenos y balas de goma al pueblo de Tinogasta, que lucha contra la contaminación al manifestarse en la ruta bloqueando el paso de camiones que se dirigen con materiales hacia la minera La Alumbrera. Con la complicidad provincial y nacional, nuevamente es el Gobierno quien defiende inversiones millonarias con empresas extranjeras a costa de la salud de miles de personas, que a diario se organizan y defienden contra los atropellos nacionales y populares. Qué mejor ejemplo que las palabras de uno de los manifestantes en plena represión: “Este es el gobierno popular que, de manera mentirosa, enarbola la bandera de los derechos humanos".
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